Dicen que dicen, dicen
Así empieza un villancico de García Román. La verdad no se de qué habla pero esta frase, que está en ritmo de 5/8, refleja muy bien las ansias del ser humano por contar. No solo basta con ver. Hay que contar, referir, opinar. Qué dificil es ver sin juzgar. Qué dificil es observar sin opinar. Qué dificil es respetar aquello que se sale de lo normal, aquello que es atípico. Cómo nos gusta hablar de lo que no nos incumbe y como nos cuesta asumir que hablen de nosotros. Lo ideal sería estar tan ocupado con uno mismo que hablar de los demás fuese una mera anécdota. Y que cuando hablásemos, lo hiciésemos para bien. Yo me incluyo. Hay tanto que aprender, al margen de universidades y conservatorios... Punto y aparte.

Me acabo de enterar de que Laura va a ser matrona. Es genial. Una profesión increible. Me encanta. Además le pega mucho. No me la imagino haciendo cuentas o defendiendo un caso. Me la imagino supertierna con la mama y el bebe... en fin, que

Íntegro un texto sobre ser madre:
Me escindí en dos entonces, pero no en dos enfrentadas sino en una que crecía dentro de otra, que se hacia sitio dentro de la otra, desplazando sus organos internos para crear los suyos, bebiendo de la sangre de su anfitriona como un vampiro bienvenido, un vampiro interno y propio y deseado que sorbía su vida por el cordón umbilical a modo de pajita. Y durante nueve meses fui dos, pero por una vez no dos rivales, sino dos organismos perfectos, simbióticos, aliados, como aquellos soldados espartanos que entraban en batalla enamorados y cuyo amor los volvia invencibles, y nunca fuí más fuerte pese a que nunca fuí mas torpe, pese a que al final ni siquiera pudiera caminar sin ayuda, pese a que las señoras me cedieran los asientos en el metro conmovidas ante mi aparente desvalimiento. Tuve que convertirme en dos para dejar de ser dos, porque una de ellas iba a matarme, pero en lugar de matar creé vida, y así sobreviví.
LUCÍA ETXEBARRÍA. Un milagro en equilibrio.
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