sobre la autenticidad... y los buenos profesores

Aún no he hecho nada importante, academicamente hablando!!! pero no me hace falta terminar una tesis sobre pedagogía para calar a los buenos profesores. Ya lo tengo claro: me gustan los que tienen mucho método, los que improvisan sobre la marcha, los que desaparecen de la clase (metafóricamente hablando), los que le dan poca importancia a su trabajo, los que dedican su vida a su trabajo, los que llevan la clase preparada, los que no la llevan....

Así, a bote pronto, podréis pensar: cuanta incongruencia (reconozco que me he metido en el RAE para saber si se escribía así esta palabra) tiene este tío... y es que de todos estos tipos de profesores me gustan porque a pesar de sus diferencias "metodológicas" tienen una cosa en común: son todos muy auténticos!!! Si, menuda tontería. Pero tras 22 años como alumno (empecé en preescolar con 4 años), ya se lo que quiero como profesor. Y el master me deja decidir qué profesores quiero y qué profesores no. Con una clase es suficiente para darme cuenta de la autenticidad que hay implícita en cada uno de ellos y el primer examen lo hago yo: aprobado o suspenso.

Hago un filtro cuan "path de MAX SMP" y hay un grupo de personalidades dispares que me encantan y que me van a hacer aprender mucho, sobre todo de su personalidad. Y si lo pensamos... ¿qué queda de un profesor si no es su espíritu? Sus apuntes? No. A no ser que encontremos algún bicho raro como un amigo mío (consejero, profesor, colega, alumno.... ) que convierta el material de clase en una especie de obra de arte. Aunque a decir verdad, él en sí mismo es una obra de arte (tranquila, pensada, elaborada.... bien hecha, con armonía y con sentido, quiere decir, que cualquier cosa que venga de esa persona te va a afectar a lo grande, sensorialmente hablando).

Pues a lo que iba, que al final un profesor ha de ser auténtico, con o sin método. La autenticidad la pasará al alumno, y sumada a la autenticidad de los demás profesores auténticos, que lógicamente serán también profesores de un mismo alumno, formará una suma de autenticidades para crear un alumno auténtico, con o sin método.

No me gustan los profesores no-genuinos (encontré un sinónimo en la RAE para no redundarme aún más), que digan mucho sobre su materia pero que por ellos mismos no comuniquen nada. Así es, me rebelo. No los quiero. Me aparto de ellos. Ya no estoy en secundaria para tener que tragar con ellos.

Cuando sea mayor, quiero ser un profesor genuino. Y aunque mi materia sea aburrida o poco interesante, mis alumnos vendran a mi clase para ser más libres.

Dedicado a un profesor colocado en la cima de la autenticidad que se conmueve con Alone again, natury...