Cuando los propósitos se afianzan.... siempre quise....

Creo que tras justo un mes en París, puedo hacer un pequeño balance. Se puede decir que durante este mes he hecho varias cosas. No muchas, pero importantes. He sembrado y he invertido en cosas que me darán frutos. Moverme para hacer cosas que siempre quise. Parece ser que hasta para eso espero hasta el último momento, en este caso, hasta mi último año aquí en París.

Siempre quise ir en bici. Fue tal cual. Levantarme e ir a comprarla. Podría haberla comprado en un mercadillo, que valen 30 euros, pero me daba reparo ir con una bici que ya había tenido dueño y que cuya alma está robada. Así que pagar 4 veces más e ir con la conciencia tranquila, ha merecido la pena. Llevo 5 días sin coger el metro. Aún hace bueno y la semana se ha prestado para ir en bici. Me he perdido muchas veces y es que las dimensiones de París son inabarcables. Pero perderse es lo de menos. Uno gana en fantasía, se impregna de la esencia de cada barrio, conoce mercadillos, formas de vida... todo un universo que estaba velado ante mis ojos en viajes y trayectos subterráneos. El único inconveniente es que me duele el culito, pero la brisa y la ciudad soleada o iluminada sacian mi vista y me curan. Del trabajo a casa puedo ver los grandes boulevares, con sus cines y sus teatros iluminados, con grandes restaurantes y con vida, mucha vida. Luego paso por ópera, madeleine, concorde, asamblea national, veo champs-elysées, invalides y justo llego a la Torre, a mi casa. Reconozco que me planteo el porqué no lo hice antes, pero bueno, tendría que ser ahora para disfrutarlo de una forma tan intensa, y qué mejor que ahora, viviendo en el centro.

Siempre quise aprovechar los domingos. Dice Javi Moya, un bloguero loco que me gusta bastante, que hay diversos síntomas por los que uno ve que se hace mayor. Y bueno, no soy distinto y alguien especial. Soy como el resto de los mortales y veo que me estoy haciendo mayor. Cada día me gusta menos salir. A lo mejor es porque trabajo por la noche y porque estoy cansado, pero no me gusta salir. Sobre todo aquí en París. Como decía mi amiga belencina, que prefiere siempre las charlas nocturnas y las cenitas.... veo que eso me está atrayendo bastante más que ir de pubs, discotecas o cualquier historia de estas... Al grano, que me enrollo. Que esto hace que cada Domingo sea diferente. He conseguido que María, mi amiga granaína, me active los domingos por la mañana y la verdad es que como no salgo, estoy descansadito. Aprovechar cada domingo, es algo que estoy haciendo y que me encanta!!!

Siempre quise hacer los cursos del IRCAM. Creo que no me apunté por timidez (aunque el francés y mi confianza nunca me lo permitieron) y por ignorancia previa. Pero saltó la liebre y tengo IRCAM para todo el año, cada semana... cursos, talleres, conferencias... cada miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo… como se lo curran!!! Es carito, pero tengo la sensación de que va a merecer la pena. Completará las 6 asignaturas de la Universidad de Saint-Denis. Para los músicos (audiosculpt, Max y otros universos musicales…)

Siempre quise hacer deporte. Fútbol, baloncesto... lo que sea. Me, compré cuando vivía en IVRY, un bañador de piscina, con gorrito y todo, de esos que marcan el paquetillo. Fui una vez. El frío, que no nado muy bien….etc.… Veía como se frustraban mis ganas e inquietudes por hacer deporte. Pero el haber ido ya 6 veces en lo que va de mes, no es broma (mañana voy otra vez). Ah, se me olvidaba. Juego al tenis. Es barato, no requiere mucha técnica y tanto mi compañero como yo estamos bastante motivados. Junto con la bici, que me hago todos los días mínimo hora y cuarto, me siento bastante en forma.

Siempre quise estudiar francés. Lo hice al llegar, pero lo abandoné luego. Ahora, 4 horas semanales con un curso del ayuntamiento. Siempre quise recuperar el inglés: 2 horas con el ayuntamiento. Siempre quise hacer páginas web (ok, de calidad, no las cutre-páginas que hago…) otras 3 horas con el ayuntamiento.

Siempre quise tener un trabajo chulo. Lo de tocar el piano... bueno, ya sabéis. Me gusta, me encanta. Llego al Restaurante Valparaiso y es como mi casa. Tengo libertad, tranquilidad, me siento dueño de mí mismo, de mi música. El piano me espera calladito, esperando que le ponga mis dedazos encima, con mis uñas comidas. Raquel es una jefa atípica, como lo era mi tío Pedro en el burguer cuando trabajaba. Ella no manda, no sugiere. Su silencio te ordena solo una cosa: siéntete en tu casa y haz lo que te dicte tu sentido común. Es la única regla.

Como novedad (noticia de hoy): el día 3 de noviembre hago un concierto de música mixta para piano y electrónica, con una suite que voy a hacer y que yo mismo tocaré y mezclaré en directo. Se realiza para el ayuntamiento de París y se encuadra dentro de una exposición de foto-pintura de un amigo mío, Carlos Pinto, quien ha realizado 13 cuadros. Es un proyecto interesante que me motiva muchísimo. La música acompañará a un video-flash, en la inauguración y cierre y la grabación se emitirá durante toda la exposición, que durará un mes!!!

Bueno, tan sólo quería que supierais que estoy superfeliz, que atravieso (creo) el momento más dulce de mi vida (en cuanto a rutina y vida diaria se refiere, en cuanto a la realidad perenne, en cuanto a lo que es la vida en sí) y que me apetecía compartirlo con vosotros.

Un saludo

http://javimorenete.blogspot.com/

PD: a mi familia argentina. Si habéis llegado hasta el final de este mail, quiero que sepáis que siempre os tengo presentes. Mi silencio e incomunicación solo es producto de mi dejadez. Vuestros regalos me han sabido a gloria y me han abordado de recuerdos que se suman a las fotos de mi habitación. Las fotos de los mochileros que han ido este verano me hacen ver que el tiempo ha pasado y que los niños no son ya tan niños y que los mayores son más mayores. El tiempo pasa y Laura y yo planeamos una vuelta, lejana, pero segura. Igual vamos para el matrimonio de agustina o para la comunión de Aldana, o la maternidad de Mariana… en fin… el mayor de los abrazos y mi más sincero agradecimiento.

Ana Prieto, pollito (si habéis llegado hasta aquí) siento no haber contestado antes. No tengo excusas por ahí que tomar. Ya sabéis que os quiero mucho. (Ana, felicidades por el currete). Pollo, prometo llamarte ya de una vez por todas!!!


Ahora sí, adios!